Amor que no eres mío, mi derrota…
no quisiera escribir nunca esta carta.
No quisiera explotar hoy los recuerdos
el lastre
que el corazón inclina algunas noches
al borde de las sábanas.
Reconocer que el cielo se nos quedó en las
manos
que el fuego nos quemaba
y sin embargo
no alcanzamos la gloria, la eternidad,
la dicha
todo lo que inventamos.
Porque es muy tarde, tanto que guiñan las
estrellas
perdiendose en el alba
y nuestra vieja luna
se olvida en el azul…
Amor que no eres mío.
parece que guardé ya tu chaqueta,
doblé mi pantalón, tus besos
recogí en un bolsillo.
Parece
que apagaré la luz, que cerraré la puerta
La vida nos aguarda sin duda en otra parte.
A lo lejos-lo sabes- se baten otras armas
mientras la muerte juega a despeinarse
en nuestros ojos negros y arrastramos heridas
y pasos de conciencia desolada
mientras que el miedo asalta y sólo queda
el corazón más roto
y una absurda maleta para esconder el frío,
Amor que no esres mío, mi esperanza…
mañana te veré tal vez distinto,
mañana romperá despacio su sorpresa
y sabré cómo ríes y nos levantaremos
con el gozo pegado a una postura tibia.
Será de otra manera, pero será, no dudes
(como estrenar zapatos o robarte los días)
mañana volverás casi tan sólo
por borrar las ojeras de esta noche maldita.
Angeles Mora.
no quisiera escribir nunca esta carta.
No quisiera explotar hoy los recuerdos
el lastre
que el corazón inclina algunas noches
al borde de las sábanas.
Reconocer que el cielo se nos quedó en las
manos
que el fuego nos quemaba
y sin embargo
no alcanzamos la gloria, la eternidad,
la dicha
todo lo que inventamos.
Porque es muy tarde, tanto que guiñan las
estrellas
perdiendose en el alba
y nuestra vieja luna
se olvida en el azul…
Amor que no eres mío.
parece que guardé ya tu chaqueta,
doblé mi pantalón, tus besos
recogí en un bolsillo.
Parece
que apagaré la luz, que cerraré la puerta
La vida nos aguarda sin duda en otra parte.
A lo lejos-lo sabes- se baten otras armas
mientras la muerte juega a despeinarse
en nuestros ojos negros y arrastramos heridas
y pasos de conciencia desolada
mientras que el miedo asalta y sólo queda
el corazón más roto
y una absurda maleta para esconder el frío,
Amor que no esres mío, mi esperanza…
mañana te veré tal vez distinto,
mañana romperá despacio su sorpresa
y sabré cómo ríes y nos levantaremos
con el gozo pegado a una postura tibia.
Será de otra manera, pero será, no dudes
(como estrenar zapatos o robarte los días)
mañana volverás casi tan sólo
por borrar las ojeras de esta noche maldita.
Angeles Mora.
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